La estructura de una sentencia en España se divide en cuatro partes fundamentales: la introducción, el relato de hechos, la fundamentación jurídica y el fallo. Cada una de estas partes tiene una función específica y un orden lógico que permite al lector comprender de manera clara y objetiva el razonamiento seguido para dictar la resolución.
La introducción es la primera parte de la sentencia y su función es presentar de manera breve y concisa el objeto de la controversia, así como los datos esenciales del procedimiento. En ella se especifican, entre otros aspectos, el juzgado o tribunal que dicta la sentencia, el número de procedimiento, las partes implicadas y el objeto del juicio. Además, en esta sección se incluye la relación de los magistrados que han participado en el proceso, así como los datos generales del procedimiento.
La segunda parte de una sentencia es el relato de hechos, en el cual se detalla de manera objetiva y precisa los hechos relevantes que han dado lugar al procedimiento. En esta sección, se describen los sucesos que se consideran probados y se presentan las pruebas que los acreditan. Es importante destacar que el relato de hechos no debe incluir interpretaciones ni valoraciones subjetivas. Es importante aclarar que el relato de hechos debe estar sustentado en las pruebas presentadas en el proceso, y que el juez tiene la obligación de valorar las pruebas de acuerdo a los principios de la sana crítica.
La tercera y última parte de una sentencia es la fundamentación jurídica, en la que se explica el razonamiento jurídico seguido para dictar la resolución. En esta parte, el juez o tribunal aplica el derecho al caso concreto, analizando los hechos probados y las pruebas presentadas en el relato de hechos. Se exponen las normas jurídicas aplicables y se explica cómo se han interpretado y aplicado a la situación concreta. La fundamentación jurídica debe estar siempre sustentada en la jurisprudencia y en la doctrina legal, y debe ser coherente con las normas del ordenamiento jurídico.
Finalmente, en la parte dispositiva de la sentencia se dicta la decisión final, el fallo, es decir, se establece la solución al conflicto planteado. En esta sección se debe de especificar las obligaciones y responsabilidades de las partes, así como las condenas o las absoluciones.
En conclusión, una sentencia en España se divide en cuatro partes fundamentales: introducción, relato de hechos y fundamentación jurídica y el fallo. Cada una de estas partes tiene una función específica y un orden lógico que permite al lector comprender de manera clara y objetiva el razonamiento seguido para dictar la resolución. Es importante que la sentencia cumpla con las normas establecidas por el ordenamiento jurídico y que esté redactada con un lenguaje técnico y jurídico adecuado.