En la cotidianidad laboral, enfrentamos la posibilidad de sufrir accidentes de diversa índole. Este artículo se propone explorar más allá de la superficie, analizando los matices y las complejidades de los accidentes laborales, una realidad que a menudo genera incertidumbre y dudas.
¿Qué Constituye un Accidente Laboral?
La definición de accidente laboral, según el artículo 115 del Real Decreto Legislativo 8/2015, abarca cualquier lesión corporal sufrida durante la ejecución de las funciones laborales. Para considerarse como tal, debe cumplir dos requisitos fundamentales:
- Lesión Corporal: Incluyendo desde golpes y heridas hasta enfermedades psicológicas o secuelas físicas
- Relación de Causalidad: La lesión debe tener una conexión directa e incuestionable con las responsabilidades laborales del trabajador.
Es crucial comprender que la mera existencia de una lesión no otorga automáticamente el estatus de accidente laboral; esta debe tener una relación directa con las tareas profesionales.
Circunstancias Específicas de Accidentes Laborales
Dentro de las situaciones contempladas por la ley, se destacan:
- Accidentes ‘in itinere’: Estos incluyen lesiones durante los desplazamientos hacia o desde el trabajo, así como aquellos ocurridos durante desplazamientos para realizar tareas laborales durante la jornada
- Accidentes derivados de tareas ordenadas por el empleador: Esto abarca la mayoría de los casos e incluye acciones ejecutadas espontáneamente por el trabajador para mejorar o asegurar el correcto funcionamiento de la empresa
- Enfermedades contraídas y agravadas: Aquí entra en juego la complejidad de demostrar que la enfermedad está directamente vinculada a la actividad profesional.
- Accidentes en actos de salvamento y lesiones psíquicas: Situaciones donde el trabajador resulta lesionado al intentar prevenir un accidente o sufre lesiones psicológicas debido a condiciones laborales estresantes.
Exclusiones de Accidentes Laborales
Existen circunstancias particulares en las cuales una lesión en el trabajo no se considera un accidente laboral, como:
- Imprudencia Temeraria: Cuando la lesión ocurre debido a acciones contrarias a las normas de seguridad establecidas por la empresa.
- Fuerza Mayor al Trabajo: Accidentes que no guardan relación con la empresa, la tarea o el trabajador, como un terremoto que provoca la caída de una estantería sobre un empleado.
- Fraude del Trabajador: Algunos trabajadores intentan simular accidentes para recibir beneficios indebidos, lo cual no solo resulta en la no obtención de indemnización, sino también en sanciones.
- Actuación de un Tercero: Si la lesión es provocada por otra persona ajena a la tarea laboral, esta no se considera un accidente laboral.
Diferencias Cruciales: Accidente Laboral vs. Enfermedad Común
Es importante comprender las disparidades entre dos situaciones que pueden afectar significativamente a los trabajadores. En primer lugar, los accidentes laborales se caracterizan por lesiones sufridas durante el desempeño de las funciones laborales, mientras que las enfermedades comunes son dolencias no relacionadas con la actividad laboral. La distinción entre ambos conceptos es esencial para los trabajadores, ya que determina la cuantía de las prestaciones económicas y los beneficios asociados. Además, el proceso de baja por accidente laboral implica consultas a la mutua y evaluación de especialistas, mientras que las enfermedades comunes siguen un procedimiento diferente con plazos específicos.
La cuantificación del subsidio también varía, destacando la relevancia de esta distinción en el ámbito laboral. En última instancia, la claridad en estas diferencias no solo es crucial para los trabajadores en términos económicos, sino que también promueve una cultura de seguridad laboral y prevención de riesgos en el entorno profesional.
Proceso y Beneficios de la Baja por Accidente Laboral
El proceso específico de una baja por accidente laboral, según el artículo 156 de la Ley General de la Seguridad Social, implica varios pasos:
- Consulta a la Mutua: El trabajador debe acudir lo antes posible al centro asistencial de la mutua con un volante asistencial emitido por la empresa.
- Supervisión y Tratamiento: El personal sanitario de la mutua realiza una primera supervisión y planifica un tratamiento para abordar las lesiones físicas y/o psicológicas.
- Determinación de la Condición: La mutua, junto con el médico de cabecera y otros especialistas, decide si la lesión se considera un accidente profesional y realiza un seguimiento.
- Cuantía de la Prestación: El trabajador recibe la prestación durante todo el tiempo que esté de baja por incapacidad temporal.
En cuanto a la cuantía de la prestación económica, en caso de accidente laboral, difiere significativamente de la percibida por enfermedad común.
Proceso y Beneficios de la Baja por Enfermedad Común
Las bajas por enfermedad común siguen un proceso diferente:
- Consulta al Médico de Cabecera: El trabajador acude al médico de cabecera para obtener un parte de baja.
- Entrega del Parte de Baja: El trabajador entrega el parte de baja a la empresa en los primeros 3 días.
- Notificación a la Seguridad Social: La empresa informa a la Seguridad Social del parte de baja y alta a través del sistema telemático RED.
- Cuantía de Prestación: La prestación varía según el período de baja, siendo del 60 % de la base reguladora entre el 4º y 20º día y alcanzando el 75 % a partir del 21º día.
Conclusiones Relevantes sobre Accidentes Laborales
Es innegable que para el trabajador es más beneficioso que su lesión sea considerada como accidente laboral en lugar de enfermedad común. Esto garantiza recibir desde el primer día el máximo porcentaje posible de su base reguladora en concepto de subsidio, que es el 75 %.
Sin embargo, obtener este reconocimiento no siempre es sencillo. Con frecuencia, los trabajadores se encuentran inmersos en disputas legales para ser reconocidos como víctimas de un accidente profesional, y esto se complica aún más si la situación deriva en una incapacidad permanente.
